El Cáliz de la Pasión.
Varios son los símbolos que podemos encontrar en las representaciones de la Pasión desde los mismos orígenes del cristianismo. Los clavos, la corona de espinas, los dados,… todos ellos simbolizan momentos concretos del martirio de Cristo. Pero hay uno que los simboliza a todos: el cáliz.
Poco antes de ser prendido, ya en Getsemaní, Jesús oraba. La Pasión iba a comenzar y Él se dirigía al Padre pidiéndole que, si era posible, apartara ese cáliz, ese doloroso momento que se avecinaba.
Además, el cáliz, esa ‘copa de amargura’ tiene otra connotación importantísima para los cristianos, pues poco antes de marchar a Getsemaní, en la institución de la Eucaristía, Jesús lo emplea para compartir el vino, un vino que nunca volvería a beber con los suyos, que desde ese momento lo conmemorarían convertido ya en la sangre de Cristo.
Aúna así, las connotaciones eucarísticas a las que simbolizan la Pasión
Poco antes de ser prendido, ya en Getsemaní, Jesús oraba. La Pasión iba a comenzar y Él se dirigía al Padre pidiéndole que, si era posible, apartara ese cáliz, ese doloroso momento que se avecinaba.
Además, el cáliz, esa ‘copa de amargura’ tiene otra connotación importantísima para los cristianos, pues poco antes de marchar a Getsemaní, en la institución de la Eucaristía, Jesús lo emplea para compartir el vino, un vino que nunca volvería a beber con los suyos, que desde ese momento lo conmemorarían convertido ya en la sangre de Cristo.
Aúna así, las connotaciones eucarísticas a las que simbolizan la Pasión