La Corona Real.
La Virgen ha sido coronada, como Reina y Señora de todo lo creado. En España existe la costumbre de coronar las imágenes de la Mater para nombrarla también reina de nuestras casas y de nuestras vidas. Con la Iglesia, nosotros proclamamos a María como Reina. Lo es por su ser: ella es la “plena de gracias”, la obra maestra de Dios. Es reina porque se hizo una sola ofrenda con Cristo al pie de la cruz y ahora reina junto a Cristo resucitado en el cielo. Es reina, por último, porque nosotros, que nos confesamos hijos y vasallos suyos, la proclamamos como tal. De esta forma, queremos reconocer la realeza de María y su poder de gobierno, es decir, que ella, en dependencia del Señor y en íntima unión con él, puede intervenir en nuestra vida, en la vida de la Iglesia y en el acontecer del mundo.